Cuba conmemora hoy el aniversario 128 de la caída en combate del Héroe Nacional, José Martí.

El líder de la gesta nacional por emanciparse de España cayó impactado por tres disparos durante el enfrentamiento librado el 19 de mayo de 1895 contra más de 600 soldados españoles que emboscaron a los insurgentes en su campamento de Dos Ríos, en el oriente cubano.
A pesar de su poca preparación militar, el Apóstol decidió acudir a campo de batalla, empuñar su arma y situarse prácticamente en la avanzada de las hostilidades, quedando a merced del fuego enemigo.
Diversas investigaciones corroboran que una bala le penetra por el pecho y le fractura el esternón; otra entra por el cuello y, en su trayectoria de salida, le destroza el lado izquierdo del labio superior, mientras la tercera lo alcanza en un muslo.

Los ibéricos se apoderaron del cuerpo sin vida de Martí, pues tenían la certeza de que habían ultimado a un importante cabecilla del movimiento insurreccional.
Tiempo después, el jefe del Ejército Libertador, Máximo Gómez, evocó ante las tropas el combate de Dos Ríos, la situación comprometida, la noticia inesperada de la desaparición de Martí, la incertidumbre acerca de su muerte, la imposibilidad del rescate. «…fue a la muerte con toda la energía y el valor de un hombre de voluntad y entereza indomables”, dijo.
Martí había desembarcado el 11 de abril del propio año por Playitas de Cajobabo en la actual provincia de Guantánamo. Llegó desde el exilio en Estados Unidos para encabezar los destinos de la nación en esa que calificó como “Guerra Necesaria” por la independencia del colonialismo español.

La historia de Cuba tiene a José Martí en un lugar cimero. Los cubanos lo evocan siempre y recurren a su pensamiento para explicar y comprender el pasado y destino del país. Fue capaz de predecir su muerte, lo hizo en la carta inconclusa a Manuel Mercado el día anterior a su deceso, cuando escribió: (…) ya estoy
todos los días en peligro de dar mi vida por mi país, y por mi deber (…).

El trágico suceso significó un duro golpe para la conducción política de la contienda independentista, pero también reveló el carácter intrépido del hombre de pensamiento universal, poeta, ensayista, periodista, para quien: “La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”.